El Real de Las Palmas de Gran Canaria se fundo el dia de San Juan (24 de Junio) de 1472 y a partir de ahí se continuo con la conquista de Gran Canaria por la Corona de Castilla. Las dos islas mas orientales del archipiélago canario ya habían sido conquistadas unos años antes y las cuatro occidentales se conquistaron pocos años después.
A la llegada de los castellanos no se encontraron plantaciones de viñas de ningún tipo en estas islas, siendo por tanto todas las vides que actualmente se encuentran en todas las Islas Canarias traídas de fuera y de muy distintos orígenes, Andalucía, Portugal, Creta, Chipre, Italia, Grecia, etc. De todo el arco mediterráneo y de las costas atlánticas de la Península Ibérica. Algunas de estas plantas se adaptaron muy bien a las nuevas condiciones medioambientales de las islas atlánticas donde además existen diferencias importantes entre la isla mas oriental, Lanzarote y las mas occidentales, La Palma y Hierro.
La adaptación de las cepas importadas fue evolucionando y poco a poco creando algunas variedades con características autóctonas en estas islas como pueden ser la Malvasia cultivada en Lanzarote o en La Palma, distintas entre si, Castellana, o la Listan, muy extendida en las islas por su fácil cultivo pero menor calidad comparada con otras variedades.
Pero no todas las vides traídas de afuera y adaptadas al cultivo en Canarias resultaron ser adecuadas para la elaboración de buenos vinos de mesa o de merienda. Asi se ha ido produciendo una selección de plantas que además de tener un buen cultivo producen excelentes caldos y este proceso continua abierto hoy dia con la introducción de varietales hasta hoy no muy difundidos y no muy conocidos pero que poco a poco van mejorando la producción vitícola y vinícola de las islas.
La viticultura como la vida misma esta siempre en constante adaptación a nuevos ambientes y circunstancias produciendo una selección natural de los mejores y que mejor se adaptan.
La vitivinicultura en Canarias ha tenido como otras actividades económicas altibajos largos y pronunciados a lo largo de los últimos cinco siglos. Del consumo local se paso a la exportación en barricas de roble o castaño a la America hispana. Al caer el imperio español comenzó en el siglo XVIII y XIX la exportación a Inglaterra y Flandes.
Con la caída de la exportación comenzó el declive de la producción isleña de vinos y el declive en la calidad de los caldos canarios. El siglo XX trae a las islas el periodo mas oscuro de la vitivinicultura. La producción cada vez mas reducida y de peor calidad concentra su comercialización en el mercado local, aislado casi en su totalidad y poco exigente en calidad. La puntilla a la viticultura canaria y a la agricultura en general en el siglo XX se ha producido a partir de los años 50 y 60 de este siglo con el tremendo auge del turismo. La emigración interior de los recursos laborales y acuíferos hacia las costas ha producido el abandono de casi toda la agricultura canaria y de la viticultura en particular.
Hoy en dia y desde los años 90 en adelante del siglo XX nos encontramos con un nuevo renacer, no exento de equivocaciones y fracasos, de la viticultura en las islas canarias y en Gran Canaria en particular.
Esta nueva etapa desarrollando cultivos con variedades adecuadas para la elaboración de buenos vinos en las islas es lento y costoso y llevara tiempo el lograr una imagen de calidad internacional para nuestros caldos.